Nieva: Capítulo 1 (versión reducida)

Y ya van 20 días seguidos.

– La última vez que nevó así acabamos utilizando los muebles para alimentar la chimenea – dijo papá.

Últimamente es todo muy extraño, yo solo tengo 12, pero en los últimos años he visto de todo. Pasamos de las intensas nevadas al calor más extremo. O no para de llover o tenemos que llevar al límite nuestras reservas de agua para sobrevivir. Porque como dice mi padre hace tiempo que esto pasó de ser vivencia a supervivencia.

– Venga papá, ya sabes que al menos estos días no tenemos que preocuparnos por el agua; y aprovechamos para aumentar las reservas.

Habíamos convertido el sótano en un almacén para la supervivencia, la verdad es que teníamos solución para casi todo. Y digo casi porque así como está la cosa últimamente siempre puede surgir algo desconocido para lo que no estemos preparados. Como el día en que pasamos de 30 grados sobre cero a 30 grados en negativo en menos de una hora. Ahí se perdieron muchos; más de la mitad.

Todo empezó el día en que el abuelo apagó el interruptor de la luz del baño, o con eso bromeaba él. Cayó un rayo tremendo sobre el repetidor de telefonía del pueblo, y eso que no había ni una sola nube, y a partir de ahí todo se precipitó.

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