Actualizaciones Nieva capítulo 5 versión extendida

Tras ajustar el capítulo 4 y hacer aparecer el cordón umbilical en la historia me quedaba resolver en el capítulo 5 el arranque para que también se tuviera en consideración su existencia como concepto y su desaparición.

Así estaba al inicio antes de incluir el cordón en la historia, donde salían al exterior sin nada que les conectara a la casa:

– Papá! Papá! No veo nada! Pero cómo puede hacer semejante viento de repente y no disiparse la niebla? Papá, abuelo, necesito alguna referencia para saber hacia dónde dirigirme!

Y lo he ajustado de esta otra tras incorporar en el capítulo 4 la existencia del cordón:

– Papá! Papá! No veo nada! Pero cómo puede hacer semejante viento de repente y no disiparse la niebla? 

Instintivamente ya que no era la primera vez que lo necesitaba, llevé mi mano al cinturón en busca del cordón umbilical. Tras palpar varias veces alrededor de mi cintura sin encontrarlo caí en la cuenta del terrible descuido. Una repentina y desagradable sensación de vacío apareció en la boca de mi estómago y sentí como mis rodillas flojeaban como si las rótulas hubieran decidido desaparecer junto al cordón. Definitivamente estaba muerto de miedo.

- Papá, abuelo, necesito alguna referencia para saber hacia dónde dirigirme! No llevo el cordón!

He aprovechado también para añadir un bloque adicional al final con la visión del padre y el abuelo de la situación y obtener su punto de vista.

Mientras y desde la casa tanto Papá y el Abuelo no paran de gritar mi nombre, pero de la misma manera que yo no lo los oía a ellos tampoco han sido capaces de escuchar mi llamada. Han tenido tiempo de darse cuenta tras aparecer la niebla e intentar tirar de mí que he salido al exterior sin el cordón; se encuentran ambos presos del pánico. Papa solo piensa en que merece ser él el que estuviera fuera y no yo. Se lleva las manos a la cabeza una y otra vez. 

El abuelo recuerda el día que siendo joven uno de sus hermanos pequeños murió; realmente no recuerda el hecho en sí mismo ni cómo ocurrió, aunque también fuera en esa casa y él formara parte de la cadena de desgraciadas situaciones previas al accidente, pero sí rememora absolutamente todo el dolor el cual fluye como un torrente en su interior.

El dolor que siente es tan intenso que sin mediar palabra sale de la casa prácticamente sin el traje de protección puesto, mi padre lo agarra del brazo justo a tiempo antes de que desaparezca entre la niebla. Lo hace tan fuerte que mi abuelo cae hacia atrás sobre mi padre, el cual le agarra desde el suelo para que vuelva a intentarlo.

- No - dice. - Tu también no, por favor.

Se abrazan y lloran desconsoladamente.

Espero que os guste! Ahora queda mucho mejor!

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